La autora presentará su libro de poemas ‘La arista que no se toca’ el domingo, el cual escribió a partir del tema de la parálisis cerebral, y participará en el diálogo ‘Cuerpo, enfermedad y escritura’ este sábado
En “La arista que no se toca” (Los libros del perro, 2022) la poeta y escritora guerrerense Zel Cabrera explora y apalabra a la parálisis cerebral, sin rodeos e eufemismos, de frente y desde su experiencia. Por eso lo considera un libro doloroso, pero que a la vez le ha traído grandes satisfacciones.
El poemario con el que ganó el Premio Nacional de Poesía Tijuana 2018 –y que realizó con una beca de Jóvenes Creadores del FONCA 2017– se presentará en su segunda edición, a cargo de la editorial que ella misma fundó en 2020, este domingo en la Feria Internacional del Libro Coahuila 2023 (FILC).
“Fue muy duro, muy pesado para mí estar con ese tema, porque fue una suerte de autoexploración y de reconocimiento con el tema. Claro, a través de la literatura, pero eso no lo hizo menos pesado y doloroso”, explicó la autora en entrevista con VANGUARDIA.
“Yo quería escribir un libro en el que estuvieran reflejadas otras maneras de ser en la vida, esas otras maneras de deambular la superficie, de caminar, de ser, de estar, en esta idea hegemónica de lo que tiene que ser una persona, yo creía que se podía explorar esta otra forma, este otro ritmo que tiene alguien con parálisis cerebral y que no por eso es menos ser humano”, agregó.
El libro explora las palabras y desde las palabras eso que es tan difícil de nombrar en el día a día: la enfermedad, la parálisis, la discapacidad, y que, en consideración de la autora, provoca el uso de eufemismos que impiden el entendimiento del tema.
“[No] creo que haya formas de entenderlo cuando se nos bombardea con este tipo de mensaje en el que las personas discapacitadas somos ángeles del cielo y la verdad es que no”, explicó, “todas estas cosas que hace el Teletón de héroes de vida, ejemplos de vida, este porno, por así decirlo, una amiga poeta, con discapacidad, dice que es porno inspiracional en el que te dicen ‘yo puedo, tú también puedes’, este porno de superación personal que te venden”.

“En Cuba, en Casa de las Américas, dije que México es el país de los eufemismos, del perdón y del gracias, porque para todo decimos eso y ocupamos muchos eufemismos, nombramos las cosas como son, eso hace que no las entendamos como son y es algo que pude reconocer en ‘La arista que no se toca’, nombrar la discapacidad, la parálisis cerebral tal cual era, con sus ventajas, sus desventajas, con sus características propias y eso, sin este halo de bueno o malo, de pecado, bendición, todo esto que cubre la discapacidad”, continuó.
Quien fuera becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas en 2014 y obtuvo una mención honorífica en el Premio Nacional de Novela Negra “Una vuelta de tuerca” 2022 por su primera novela “Cómo pesa el silencio de los muertos”, asegura que no cree en el talento, pero sí en la suerte, o en algo parecido que sucede cuando “uno hace las cosas en el tiempo que hay probabilidades”.
Por lo mismo, reconoce que su trayectoria literaria se ha caracterizado por respetar su propio ritmo y procesos y por identificar los procesos de cada libro, desde aquellos que puede “salir súper rápido” hasta otros como “La arista que no se toca” que fue “muy doloroso y en el que tuve que apoyarme de otros libros míos, escribir otras cosas para no clavarme en el tema, para que no me lastimara de más”.
Esta cadencia propia, añade, fue la que también le permitió reconocer que no era la única poeta o autora que caminaba a un ritmo o en un lugar diferente, y que esas otras personas buscaban publicar su libro fuera de las lógicas habituales.
Así es como nació en plena pandemia el proyecto editorial Los Libros del Perro, sello con el que ahora presenta la reedición de su poemario, y que a tres años de su fundación ha publicado 32 libros en poesía, ensayo, crónica, cuento y dramaturgia, incluido el poemario “Músicas” de la coahuilense Sylvia Georgina Estrada.
“Llevamos casi tres años en esta aventura y nos hemos llevado muchas sorpresas, muchos amigos, escrituras que yo sé que en otros lados no habrían tenido la misma atención, el mismo cuidado, que nosotros les dimos”, expresó.
Su forma de trabajo también atiende un ritmo particular, con el apoyo de la difusión de los autores y el formato de preventa, que les permite estimar los lectores reales que tendrá el tiraje y no “millones de embodegados, sino los libros que sabemos que sí pueden circular”.
Zel Cabrera participará en la FILC en dos eventos. Este sábado 29 de abril a las 17:30 horas en la Sala Julio Torri entablará un diálogo sobre “Cuerpo, enfermedad y escritura” y el domingo 30 presentará “La arista que no se toca” a las 16:00 horas en la misma sala.
“El lector puede encontrar un libro que va más allá de la propia situación de la parálisis cerebral, sino un libro en el que también se habla de las palabras, se habla de reconocerse en el lenguaje, alguien me dijo que es una suerte de manual para el escritor iniciante, cada lector se lleva su propia experiencia”, concluyó sobre su libro.